La gestión financiera es un procedimiento cuya finalidad es analizar, comprender, obtener y utilizar los recursos económicos de una empresa, hacerlo de un modo equilibrado y que a determinado tiempo resulte rentable. Es decir, garantizar una seguridad económica, sea cual sea el ámbito de aplicación o uso. Es uno de los aspectos más importantes de un negocio, ya que determina su rentabilidad, solvencia y crecimiento.
La gestión financiera tiene como objetivo mejorar el bienestar de los dueños y gerentes de la empresa para aumentar el valor del capital. Para ello, se debe de tomar decisiones estratégicas sobre cómo obtener y utilizar los recursos económicos de forma eficiente y eficaz.
La gestión financiera se puede analizar en diferentes etapas:
- Definir las necesidades: La empresa debe estimar cuántos recursos o el presupuesto que requiere para sus operaciones, proyectos o planes de expansión.
- Modo de financiamiento: Se define la estructura financiera de la empresa, es decir, cuánto se financiará con recursos propios (capital) y cuánto con recursos ajenos (deuda). También se eligen las fuentes de financiamiento más adecuadas según el costo, el plazo y el riesgo.
- Inversión: Se decide en qué activos o proyectos se va a invertir el dinero disponible, teniendo en cuenta su rentabilidad, liquidez y riesgo. Se busca maximizar el valor de la empresa a largo plazo.
- Control: Se realiza un seguimiento y evaluación de los resultados financieros obtenidos, comparándolos con los objetivos previstos. Se identifican las desviaciones y se aplican las medidas correctivas necesarias.
Una buena gestión financiera puede aportar numerosos beneficios a tu negocio como:
- Mejora la toma de decisiones: Al contar con información precisa y actualizada sobre la situación financiera de tu empresa, podrás tomar decisiones más acertadas y oportunas.
- Optimiza el uso de los recursos: Al planificar y controlar tus ingresos y gastos, podrás asignar tus recursos de forma óptima y evitar el desperdicio o el endeudamiento excesivo.
- Aumentar la rentabilidad: Al invertir en proyectos rentables y reducir los costes financieros, podrás incrementar tus beneficios y generar valor para tus accionistas.
- Mejora la competitividad: Al tener una mayor capacidad financiera, podrás aprovechar las oportunidades del mercado, innovar en tus productos o servicios y diferenciarte de tus competidores.
- Reduce los riesgos: Al diversificar tus fuentes de financiamiento e inversión, podrás minimizar los riesgos financieros asociados a la variabilidad de los ingresos, los tipos de interés o los cambios en el entorno.
Como conclusión, podemos decir que la gestión financiera es un proceso clave para el éxito de tu negocio. Debes definir tus necesidades financieras, elegir las mejores opciones de financiamiento e inversión y controlar tus resultados financieros. Así podrás mejorar tu rentabilidad, solvencia y crecimiento.
Si necesitas ayuda para mejorar tu gestión financiera, puedes contactarte con nuestro equipo de expertos que te ayudarán en todo lo que necesite tu empresa.